jueves, 5 de febrero de 2009

El loco del pelo rojo


En ocasiones a la naturaleza se le antoja unir genio y locura, este fue sin duda el caso del sobresaliente pintor post-impresionista Vicent vang Gogh, los dos rasgos fueron características imperecederas de su personalidad, acompañándole desde su nacimiento hasta su ocaso.

De carácter hosco, huraño, irascible, ansioso, inestable, generoso, y a la vez egoísta, toda una amalgama de cualidades que confluyendo en su personalidad, le generaban un desasosiego, un vacío, que sentía la necesidad de llenar para calmar su atribulado espíritu.

La brújula de su corazón y su razón no encontraba el rumbo adecuado para apagar el fuego que le consumía, primero pensó que la tan anhelada calma le vendría dedicándose a proclamar la palabra de Dios, entregando la vida a sus semejantes, pronto se dio cuenta que la súbita y apasionada devoción abrazada no le conducía a su deseado propósito, tan sólo era un espejismo que se deshacía frente a él, con la misma rapidez con la que germinó y se desarrollo en su interior. A continuación la ansiada medicina creyó encontrarla en el amor de su prima Kee, no obstante en ella únicamente encontró el rechazo

Finalmente a los 27 años el destino y vida de Vicent van Gogh permanecerá indisolublemente unido a la pintura, desde ese momento y hasta el término de su existencia, será el motor que impulsará su tempestuosa vida, y aunque eso no impedirá que su destino, mente, y acciones sigan transitando por procelosos caminos, le proporcionará el aliento suficiente para poder luchar con sus fantasmas durante diez preciados años más, jalonados por una prolífica obra de imperecedero recuerdo.

Los párrafos precedentes están inspirados por la interesante película de Vicente Minnelli (Un americano en Paris) El loco del pelo rojo (1956) basada en una novela del escritor especializado en grandes biografías Irving Stone (la Agonía y el Éxtasis). A destacar la perfecta encarnación del pintor por parte de Kirk Douglas, nominado a los Óscar, así como la de Anthony Quinn (Paul Gauguin), lo que le supuso el Oscar como mejor actor de reparto.

Puntuación = 8

viernes, 23 de enero de 2009

El tesoro de Sierra Madre, todo un tesoro


John Houston (El halcón maltes) nos presenta esta magnífica película, ganadora de tres Óscar, dos para John Houston, por mejor director, y mejor guión adaptado y el tercero para su padre Walter Huston (Howard), como mejor actor secundario, por lo que podríamos decir que todo quedo en casa.

Como curiosidad podemos apuntar que es la primera película que se rueda prácticamente en su integridad fuera de EEUU, en Tampico (México), excepto las escenas que discurren en la noche, que fueron rodadas en los estudios. Asimismo John Houston hace un pequeño cameo representando al hombre de traje blanco que es abordado por Humphrey Bogard (Fred C. Dobbs) para pedirle dinero.

El film comienza presentando a Humphrey Bogard, como un vagabundo, mendigando, sin pasado, discurriendo a su suerte por las calles de Tampico. Al poco tiempo es engañado por un supuesto empresario y conoce a Tim Holt (Bob Curtin) y al viejo Howard, un buscador de oro, con mucha experiencia en el tema, pero sin un duro.

Los tres deciden embarcarse en la búsqueda de oro, guiados por el experto Howard. A partir de ahí comienza un viaje jalonado de percances y acontecimientos. Como ya había anticipado el “sabio” Howard, el oro hace que, los rasgos de la personalidad más oscuros, salgan a la luz, haciéndose presentes la codicia, avaricia, desconfianza….

En cierto sentido nos recuerda a las road movie surgidas en los años sesenta con Easy Rider y Bonnie y Clyde, en el sentido de que los personajes en su búsqueda del oro, comienzan un viaje iniciatico, de forma que durante el transcurso del mismo se producen importantes modificaciones en la forma de ver el mundo, finalizando con una visión de las cosas muy distinta a como comenzaron (si es que finalizan en este mundo, pero para saberlo habrá que ver la película).

En definitiva un metraje de alta calidad, en la que se ponen sobre el tapete temas como la amistad, la lealtad, la ambición , la avaricia, la traición, e incluso la psicosis paranoica, tratadas de forma magistral por John Houston.

Puntuación: 9.5

sábado, 10 de enero de 2009

El pequeño salvaje


En este caso el director, actor y guionista Francés, Francois Truffaut (Los 400 golpes) nos presenta su versión fílmica de un suceso que conmocionó la Francia de finales del siglo XVIII. El descubrimiento de un niño desnudo, de unos 12 años, en 1799 por tres cazadores, en Aveyron, cerca del pirineo Francés. El doctor Itard interpretado por el propio Truffaut, conocedor de la noticia, quiere probar que la falta de lenguaje, habilidades sociales, comportamiento esquivo, movimientos compulsivos, indiferencia al trato con otros hombres… era motivado por la ausencia del proceso de socialización, estando convencido de que con la apropiada educación el conocido como salvaje de Aveyron se convertiría en un miembro más de la sociedad.

Frente a sus tesis el reputado médico Philippe Pinel, sostenía que era un perturbado sin ninguna posibilidad de mejora.

Finalmente el salvaje de Aveyron pasa a estar bajo la tutela de Itard, el cual le somete a una concienzuda instrucción, al objeto de probar su tesis. Al darse cuenta de su atención al fonema “o” decide bautizarlo como Victor, de forma que ha pasado a conocerse como Victor de Aveyron.

La película está rodada en blanco y negro, con el formato de documental. Basándose en los propios informes del doctor Itard. Si bien el desenlace no es coincidente con los sucesos acaecidos en la realidad, ya que a la finalización se nos da a entender que Victor “progresa adecuadamente”, mientras que en realidad la nota, sobretodo a tenor de los años siguientes, no mostrados en la película debería ser “muy deficiente”, por lo que las tesis del doctor Itard yerran de pleno.

El tema abordado es de gran interés, planteándose hechos como: ¿que parte de nosotros como humanos es debido a la herencia genética y que parte a la socialización o estímulos externos?¿Hay un periodo crítico, una ventana de oportunidad, en el desarrollo humano, que si se deja pasar sin recibir los estímulos y aprendizajes adecuados, no es posible recuperar? ¿El hombre es bueno por naturaleza, es decir, predomina el hombre Rousseauniano del buen salvaje, o por el contrario el hombre Hobbiano es el que manda?. Si la instrucción es en esos primeros años crítica ¿es posible crear superhombres mediante la correcta sobreestimulación?. ¿Reálmente somos tan distintos del resto de animales o las diferencias son únicamente cuantitativas?

Responder acertadamente a esas preguntas no es posible ni por espacio, ni por el foro utilizado (se supone que es un blog de cine jeje) ni por la capacitación en los temas mentados por este que os escribe. No obstante voy a dar ciertas pinceladas.

El especialista en psicología evolutiva Jean Piaget, estableció una serie de etapas en el desarrollo humano, alcanzándose ciertas competencias, en determinadas edades. El retraso en la adquisición de las mismas cierra ventanas de oportunidades, que hacen que la adquisición de esas habilidades con posterioridad sean harto complicadas.

El caso de Laszlo Polgár, jugador Húngaro de ajedrez, que estaba convencido de que los genios se hacen, no nacen. Para ello aplicó a sus tres hijas un riguroso programa de estudio, en el que el ajedrez ocupaba la parte más importante. Las tres hermanas fueron grandes campeonas de ajedrez, destacando Judit Polgár, como la mejor ajedrecista femenina con diferencia de todos los tiempos.

Los trabajos de Dian Fossey y Jane Goodall con los gorilas y los chimpancés respectivamente, y de una bióloga (que no recuerdo el nombre) con los bonobos, demuestran que pueden aprender el lenguaje de signos, experimentar emociones, por lo que la diferencia entre los homo sapiens sapiens y el resto de animales es de orden cuantitativo y no cualitativo.

Puntuación = 7

martes, 6 de enero de 2009

Lo último de Shyamalan


Recientemente se ha estrenado la última entrega del brillante director de ciencia-ficción y suspense M. Night Shyamalan (El sexto sentido), El incidente. Uno de los “problemas” de sus películas estriba en la dificultad de superar su obra magna el sexto sentido, por lo que sus fans tendemos a la decepción, no por la baja calidad de sus nuevos proyectos, que superan claramente a la media, sino por que esperamos un nivel de innovación y calidad que difícilmente se puede repetir de forma sistemática.

El formato nos recuerda a películas de serie B, y si no fuera por que sabemos que es de Shyamalan, nos parecería estar asistiendo a la proyección de una película de bajo presupuesto, interesante, de alguna producción independiente.

El argumento bebe de diferentes fuentes, nos recuerda algo a La niebla de John Carpenter (1980), en el sentido de que la amenaza es algo difusa, no comprensible por las victimas, pero mortal. A Los pájaros de Alfred Hitchcock (1963), ya que el atacante es parte de la naturaleza y a Ultimátum a la tierra de Robert Wise (1951), donde la causa de la destrucción de la humanidad radica en la amenaza que supone el hombre para la vida en la tierra.

El argumento es original, el problema es que en la película no queda del todo claro el motivo por el cual, la naturaleza se vuelve contra los hombres. A los que nos gusta James Lovelock y conocemos su teoría sobre Gaia (la tierra), que el la considera como un organismo autorregulado, así como teorías más heurísticas, sustentadas en el misticismo, que llevando al extremo la hipótesis Gaia y solapándose con la ciencia- ficción, afirman que la tierra puede llegar a tomar conciencia de si misma. Y aquí tenemos la aportación de Shyamalan, en el hecho de que la tierra es conocedora de la amenaza que los hombres representan para su supervivencia y reacciona en consecuencia.

La verdad es que desconozco si el propio Shyamalan, es conocedor de las referidas teorías, en alguna reseña que he leído, se hace mención a que el argumento se le ocurrió cuando iba conduciendo con el coche, pero en ninguna crítica de las que he ojeado, ni en la Wikipedia, se habla sobre ello. De ahí que el argumento quede como simplón y un poco flojo.

Respecto a los actores protagonistas Mark Wahlberg (El planeta de los simios) y Zooey Deschanel (Guía del autoestopista galáctico), pese a mostrar interpretaciones meritorias, se echa en falta algo más de complicidad.

Puntuación = 7.5

martes, 30 de diciembre de 2008

Ultimátum a la Tierra.


Ya ha llegado el último remake desde hollywood, esta vez de la meritoria Ultimátum a la tierra (1951) de Robert Wise (West Side Story), en este caso en la silla de director se sienta Scott Derrickson (El exorcismo de Emily Rose), Interpretando al extraterrestre Klaatu, Keanu Revees (Matriz), y a la doctora Helen Jennifer Connelly (Una mente maravillosa).

Parece que la falta de ideas sigue acuciando a los guionistas al otro lado del atlántico y siguen echando mano de antiguos hitos del séptimo arte. Desde mi punto de vista los remakes no se deben limitar a repetir el original sin aportar nada más, excepto los efectos especiales, que se dan por sabidos. Esto es lo que podemos ver en este film, una copia del clásico en prácticamente todo y en lo que no lo hacen el resultado es notablemente peor.

El único cambio en la línea argumental es la causa por la que los hombres están destruyendo la vida en la tierra, si en el clásico de Wise, era la confrontación nuclear, en el contexto de la guerra fría, en este caso se apela al manido calentamiento global y destrucción del mediambiente del siglo XXI.

Inicialmente la película promete, pero pronto nos damos cuenta que era sólo un espejismo, incluso para los acérrimos fans del cine de ciencia-ficción, se nos hace difícil no intentar ver en la sala que hora es, para saber el tiempo que nos queda de estar “disfrutando” de la proyección. El gesto indolente e inexpresivo propio de Keanu Revees lo lleva al extremo interpretando a Klaatu. Personaje que para lo listo que se supone que es no se aclara, durante la hora y media cambia de opinión tropecientas veces, solo le faltaba sacar la margarita y decir, me los cargo, no me los cargo, me los cargo , no me los cargo.

Como resumen os recomiendo que veáis la clásica y que si queréis ver el remake no os gastéis los casi siete euros del ala para verla.
.
Puntuación=4